domingo, 16 de septiembre de 2018

Levaduras de Ego

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La panadería fue mi entrada a la Gastronomía, le hacía los cortes a los panes, poco a poco fui boleando hasta hacerme cargo de la amasadora, modificando las recetas hasta mejorar el producto final que también horneaba.
Hoy en día me encargo de toda la producción de panes de una pequeña panadería artesanal que de manaera ortodoxa tiene panes de gran prestigio en la zona sin ser, ni los creadores ni yo, personas capacitadas. Fue prueba y error, fue observación, fue maldecir a cada Dios de toda religión y agradecerles también.
No es fácil saber qué pasa cuando sale bien y a su vez que pasa cuando sale mal pero poco a poco fuimos depurando las variantes, fuimos asimilando el conocimiento y fuimos creciendo como emprendimiento.

Dentro de la carrera de Pastelero y Cocinero Profesional tuve panadería, es tirar harina al techo y que mis panes caigan, es fácil para mi amsar cuando lo hago cada día, es ver la elasticidad, es no preocuparme con la humedad de un Brioche o lo seco de un Polvoron mis manos tienen la habilidad necesaria; mi confiana así aumentaba, a ritmo constante alimentada por buenas notas y elogios, por clientes y compañeros encantados con mis creaciones pero así como la panadería tiene sus levados, la levadura va a caer y fue intentar hacer un clásico argentino, la Galleta de Campo. 

¿Hace falta que lo diga? Quizás desde el punto de vista literario no pero cual mea culpa si. Salió horrenda, no era nada a lo que alguien del interior del país recuerda o añora y ese fue mi punto de inflexión, fue ver que incluso en el conocimiento que dispones podes fallar estrepitosamente. Es casi una epifanía ver como el Efecto Dunning Kruger y la Panadería comparten algo en común, es no dormirse en los laureles, es que el árbol no te tape el bosque, es no dejar que tu ego te controle y te haga fallar.

«La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo. La infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás.». - David Dunning & Justin Kruger


Estoy a tres meses de recibirme y esto fue un viaje de descubrimientos para mi, técnicas, secretos pasados cual culto de hombres vestidos de blanco, con sus sombreros en punta, una tradición que cualquier romántico la emparejaría con los druidas. Pero no dejemos que un simple diploma dicte qué soy, el camino es largo y sinuoso, aún queda mucho por recorrer y que esto siente el precedente de que la confianza no es nada sin el sustento.