miércoles, 20 de agosto de 2014

Un baldazo de agua helada




Hace unas semanas se comenzó a ver una tendencia en las distintas redes sociales donde la gente se filmaba arrojándose un balde lleno de agua helada en pos de concretizar sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) enfermedad que afecta, entre otros, a una de las mentes más grandes que aún sigue con vida; Stephen Hawking enfermedad degenerativa neuromuscular que lo mantiene postrado en una silla de ruedas desde los 22 años.
A esto se lo llamó "The ice bucket challenge" y por supuesto que atrajo las miradas de famosos, celebridades de toda clase, ya sean deportistas, chefs, actores, etc.

¿Por qué escribiría sobre algo que todos están viendo?

Porque busco que se reflexione, que se analice un poco más a fondo y dejemos de verlo como una simple moda.
Vivimos en una era donde desconfiamos de los medios de comunicación, donde cualquier articulo es subido a Internet y es discutido por la sociedad, por el consumidor final de esta información. Analizamos, debatimos y nos preguntamos si lo que leemos puede o no ser verdad, si hay otros fines con la publicación deliberada de esa información, nos reunimos en foros donde observamos de cerca imágenes llenas de flechas con aluciones a conspiraciones mayores porque vemos que los medios, donde unos impolutos periodistas de antaño trabajaban en búsqueda de la verdad, hoy son sustituidos por simples empleados manejados por sus jefes que a su vez son obedientes a sus respectivos jefes dueños de sus empresas.
Creamos nuestro propio medio, donde nos informaríamos a nosotros mismos eliminando así al intermediario pero era demasiado perfecto y esa pizca de humanidad que todos tenemos nos obliga a arruinar las cosas incluso sin darnos cuenta.

Por supuesto que The ice bucket challenge, bueno la propuesta inicial de este desafío era donar 100 dolares a la causa para la búsqueda de una cura o en su defecto un tratamiento efectivo, ya que la ELA continúa sin cura, en caso de no donar el dinero se debía tirar un balde de agua helada como castigo.
Pero la premisa pronto se olvido y ahora es solo una moda, solo son personas tirándose agua y filmándose para que el resto del mundo lo vea, no se informa de la enfermedad solo se la nombra en el pie de pagina, no se informa de absolutamente nada y se continúa como si no importara realmente la causa benefica que hay detrás.

Lo que necesitamos como sociedad es un baldazo de agua helada, algo que nos despierte del estado lamentable en el que estamos, sonriendo mientras se nos cae un hilo de baba por la comisura de la boca boca sonriendole a una pantalla mientras vemos como los famosos se tiran agua sin un porque, solo porque es "divertido". Necesitamos ese baldazo y lo necesitamos urgente...

jueves, 7 de agosto de 2014

La Orquesta Natural




No era una linda tarde, debo admitirlo. Era de esas que las personas aborrecen y aún así a mi me encantan, me encontraba visitando a mi madre que, encantada de verme, decidió que pasara un tiempo más del planeado.
El viento soplaba fuerte afuera sacudiendo con fuerza la copa de los arboles generando ese característico bramido de la naturaleza, acompañado del crepitar de la leña quemándose en la chimenea y haciéndose un lugar en mi oído estaba el coro de ronquidos, los gigantescos perros que aún llamo cachorros y su madre; bueno... también mi madre durante sus respectivas siestas.

Al descubrir este blog, mi madre, comenzó a darme libros de escritores que buscan mejorar el estilo, la armonía, la invención y la locución de mis textos alentándome a que siguiese con este hobby. Pero esta vez tenía ella tenía preparado algo para mi, mi antigua maquina de escribir.
Con el pronostico climatológico anunciando lluvia decidí pasar mi tarde con ese antiguo artefacto que hace tiempo no tocaba. Tras luchar un poco para poner la hoja en su lugar puesto a que no recordaba demasiado los botones y palancas que debían accionarse para pasar la dichosa hoja sin romperse en el camino.
Pasada, prensada y con los margenes corregidos me dispuse a hacer lo que sé hacer... bueno o lo que creo saber hacer; quise escribir un texto corto para mostrarles a algunos amigos mediante una foto mi nuevo elemento.
Sin embargo, aún con ese clima ideal para la escritura y con mi mente divagando y eligiendo con que idiotez los pensaba sorprender a mis amigos, me sentía incomodo.
Sabía que la tinta no perdonaba y que cualquier error quedaría ahí plasmado para la posteridad y, el que las teclas necesitaran un leve empujón para que el mecanismo se pusiera en marcha, me ponía aún más nervioso. Con mi té, compañero de tardes, me senté tan solo a observarla en silencio hasta que decidí, literalmente "meter mano".
Me calmé recordando algo simple que a veces olvido, hacer las cosas para disfrutarlas, para ser feliz... incluso si eso conlleva errores; y en esa vorágine creativa me le acerque y comencé a sumarle un nuevo sonido a esa tarde; una música característica de aquella máquina y entre sus "clics", "clacs" y "trrrst" finalice mi pequeño texto y me quede pensando en eso último hasta ser interrumpido por un nuevo sonido, pantuflas acercándose y sin siquiera mirar para atrás me levanté y tome mi taza vacía.
Sabía que era mi madre, como sabía que también era la hora del té y hora de dejar mis divagues.