miércoles, 25 de septiembre de 2013

La Entropía del Chef

Quizás, con orgullo y casi sin humildad podría decir que en cuanto a inteligencia estoy un par de escalones por el nivel promedio. Es algo común en mi, la gente lo dice... no es que necesite pruebas de esto, pero respaldan aun más mi creencia... bueno, más bien algo que ya se.

Si bien puede que sea inteligente, toda persona tiene sus defectos y aunque no lo considero un defecto sino mas bien una particularidad, en mi es lo poco que puedo demostrar lo que me pasa por la cabeza, lo que siento o demás. Podría considerarse casi como un comportamiento "ingles" si se quiere, una persona reservada, callada, con una distancia prudencial siempre de por medio. 

Años de poker online, partidas entre amigos y bueno, ese detalle anterior hace que sea una persona cerrada y difícil de leer, incluso de comunicar... hay quienes no pueden seguir mi linea de pensamiento a la hora de los comentarios y desconozco si es por lo primero mencionado, mi inteligencia o mi comportamiento. 

No suelo dar abrazos, tampoco besos a menos que la ocasión lo solicite. Quizás no me salga de mi demostrar demasiado de lo que me pasa, es algo innato en mi, el querer mantener alejadas a las personas de mis propios problemas. Por cuidarlos, por no dejarlos ser afectados. 
Nunca se me vera cambiar una actitud con una persona por mas grave que sea mi problema, simplemente dejo esa carga para mi. 

Sin embargo, como bien dije no soy una persona que demuestre demasiado su estado de animo, comencé a notar que si bien mi cara es in-inmutable, mis recetas se ven afectadas. 

Cocinar es algo sencillo para mi, un par de ingredientes, condimentos, hierbas y al instante tengo un grandioso plato sin tener que pensarlo mucho, nace de mi creatividad, de mis conocimientos sobre el tema, el uso, el sabor, el posible resultado buscado. Pero cuando mi cabeza desborda en pensamientos mis platillos simplemente no son una cosa esplendida como siempre. 

Carnes quemadas, panqueques cayéndose de la sarten hacía la hornalla, verdura que simplemente no combina... miles de ejemplos así y no es hasta que mi cabeza se calma que estas cosas no paran de suceder, no es que no tenga la habilidad, sino que no tengo la paz que mi cabeza necesita para concentrarse en algo tan simple y sencillo como algo que hago a diario.




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